miércoles, 6 de abril de 2011

Carta de fin de mundo de una mujer profesional y contemporánea que tiene la cabeza bien puesta.



Antonio: ¿cómo estás? te escribí, pero no me respondiste. ¿En qué andas? yo estoy rarísima, hibernando como un oso. Es como si me estuviera vaciando de todo el ruido acumulado durante los últimos meses, quizás años, en los que he trabajado sin parar. Y es raro porque al principio me desesperaba no estar súper ocupada, pero ahora estoy en una etapa de la-nada-misma-sin-culpa que a veces me asusta. Cero creatividad. Supongo que es un proceso natural, que primero tengo que crear espacio interior para las cosas nuevas, pero de todas formas hay días que me asusto un poco porque el mundo sigue igual de frenético a mí alrededor y yo sólo lo miro desde mi dimensión paralela. Bueno, espero no darte la lata contándote esto. Tengo ganas de verte para charlar y comer algo rico. Dime cuándo puedes para organizarnos. Puede ser un almuerzo, una once o una comida. jjjj. No sé, da igual. Pero respóndeme porque cuando no respondes me da pena. Ya, cariños y hasta pronto

Georgina Arestizabal

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