Con el mismo cuchillo que partió la torta le partió el corazón.
Anoche soñé contigo.
Igual que la otra ves
Me enterrabas un cuchillo carnicero
Solo que esta ves era en la espalda
Y no en la guata
La clavabas con tanta
fuerza y odio que dolía a llorar
Lo girabas para agrandar el tajo
y luego rajabas hacia arriba
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