martes, 9 de octubre de 2012

La varicela y la lluvia.








Pase la fiebre arriba de un bus camino a Valparaíso
He estado aquí y  allá
Por la ventana algo vi
Se desdibujaba  por el pasto mojado
Fueron  largas horas abrazados a las letras largas de la morena
Se deslizaba por los cristales incrustados de mi brazo

La Varicela, y su diente montado
Los ojos marrones y los labios escarlata de la  gárgola
Que succiona entre las sabanas

Sangre, sudor y látigo en la semana de las carnes
No estuve con ella. No viaje  ni emprendí el vuelo
Me atragante con la lluvia y los garabatos precipitados de la morena.
Afuera los exámenes, las jeringas y las pastillas.

Parezco la marraqueta  con mortadela  envuelto en una servilleta sobre el escritorio de la funcionaria municipal. Buenos días tiene que llenar esta planilla.
No estoy en la ciudad todo es mi imaginario y su misión de alucinar me dice;
Déjame averiguar algo y te aviso

Tengo el brazo para la mierda
Las ampollas son hermanas  de la transpiración
Gusano reprobable
Tenis los pelos de punta
Deja de ládrame zorra maldita

Así no puedo escribir.
Parezco Alienígena esperando a la toti
No me parezco a la morena
A la princesa de las profundidades.
La que  se desliza por los pilotes de Dalcahue

Ant.




viernes, 5 de octubre de 2012

Santiago Off , Exposición fotográfica de Jorge Aceituno







Santiago full moderno

Santiago.
!! Mierda!!

A veces pienso que voy ha despertar en el sur. En la casa de Renato Cárdenas, donde pareciera que siempre llueve. Me gusta la lluvia, pero yo sigo aquí. Aunque me despierte pensando en ella. Digo esto porque, así como vamos, el espacio imaginario es lo único que nos va quedando.

Es la capital y aquí cada uno busca su lugar, lo suyo. Cada quien se inventa historias de  para sobrevivir acuerdo a sus virtudes, defectos y ansiedades. De oportunidades, muy pocas, pero, a contrapelo de eso,  yo encontré la mía.

La construcción desmedida de los proyectos urbanísticos, el poder de las inmobiliarias sin ningún respeto a su entorno ni a la historia afectan el diario vivir de quienes habitan Santiago. La conducta colectiva definitivamente ha sido alterada. El acto sencillo de cruzar una calle se vuelve difícil y hasta peligroso. Andar en bicicleta es muy  arriesgado. Caminar por lo que queda de vereda es una hazaña. Ni hablar de sacar a pasear al perro.

Frente a la ocupación grotesca y vulgar del espacio, no se sabe si se está construyendo para el futuro o si, en forma premeditada, se está destruyendo el pasado. Al capitalismo le importa un huevo esta cosa. Así nos erradicaron una vez los milicos de la población Violeta Parra y ahora, en el mismo lugar, la Villa San Luis, nos quieren sacar las inmobiliarias.
En la ciudad se vive una especie de hiperrealismo saturado de fealdad y nadie escapa a este infierno.

A pesar de ello, hay lugares que se resisten al cambio, a la demolición. Permanecen intactos, orgullosos de ser memoria tangible. Tanto así que un grueso no menor de los habitantes los prefiere y con ese simple acto los premia como si se tratase de una memoria personal.
 A esta ciudad la sostienen las entrañas. Algunas huellas de lo que en ella se vivió. Intersticios, rincones, pasajes, plazas, villas y parques que no han sido ultrajados por el bototo de la construcción. Son historias vivas, poco relatadas y a veces te topas con ellas como si el ojo del cielo parpadeara en un segundo.

Dicen que las palabras crean realidades y los medios de comunicación muy bien lo saben. Ellos crean la otra realidad, en la que unos pocos se miran en el espejo y el resto pasa  desapercibido. La mayoría transita entre estos dos mundos que, más que opuestos, parecen no hacerse ruido. La complicidad entre esta realidad intangible y la otredad concreta no logra poner en crisis la compostura de la taxidermia social.

¿Estamos viviendo la ciencia ficción , el encuentro de los nuevos seres. La información obscena del montaje y la imperfección en la matrix? El Chile mágico ideal, el de la sociedad del espectáculo, irrealidad compartida a destajo. ¿Una triste historia mal contada o una epopeya de los elegidos? Quizás, lo más seguro es que sean ambas paradojas a la vez.

Me gusta  Chile   pero no como  paisaje inmundo. Nadie escapa de este infierno.
Santiago 2012 primer mundo.

 Por, Antonio Becerro
 Retratos; Jorge Aceituno y Ricardo Prieto